Tumba de mi padre en el cementerio Montrose, en Chicago.
por Magdalena I. García
Hoy, catorce de abril, te recordamos,
porque hubiera sido tu cumpleaños
flores al cementerio te llevamos,
ofrendas de un cariño sin engaños.
Ochenta y seis velas debiste soplar
tras gozar de una suculenta cena,
con el Marqués de Riscal la copa alzar
y brindar por la felicidad plena.
Mas faltaste a la cita convenida,
otra vez la memoria te ha fallado,
sabe Dios por dónde andas a estas horas.
Ojalá que una tarde divertida
en los alleys[1] del cielo hayas pasado
recogiendo arpas y veladoras.
© Magdalena I. García
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