Saturday, April 25, 2015

“Like the hired hand” / “Como gente asalariada”


  A shepherd and his flock. Pixabay image by Quangpraha (Vietnam)
Un pastor con su rebaño - Imagen de Pixabaypor Quangpraha (Vietnam)

A reflection/confession based on John 10:11-18 / Una reflexión/confesión basada en Juan 10:11-18

by/por Magdalena I. García

We attend church and follow the rules,
sing in the choir and go to Sunday School.
We lead workshops and attends seminars,
serve on the boards and organize bazaars.
We go to meetings and watch the clock,
give our offering and monitor the stocks.

We do a lot of good work
in our cherished congregation,
but none of that can take the place
of the good news of liberation.

If we foster a culture that exalts
judgement instead of acceptance,
charity instead of justice,
and control instead of compassion,
then we are betraying
the calling of the church
and behaving like the hired hand.

Forgive us, Good Shepherd,
for our foolishness,
forgetting that you ask us
to risk even our lives
to care for your beloved flock.

 
Teach us, Good Shepherd,
to embrace and protect
all of your sheep equally,
regardless of whether they are
white, black, colored or striped.

And remind us, Good Shepherd,
that you are the God of creation,
that your love is wide and bold
and it covers even sheep
hanging out in another fold.


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Asistimos a la iglesia y tenemos buena moral,
participamos en el coro y en la escuela dominical.
Lideramos talleres y asistimos a conferencias,
servimos en las juntas y organizamos ventas.
Administramos el tiempo y
vamos a las reuniones,
damos nuestra ofrenda y vigilamos las inversiones.

Hacemos un gran trabajo
en nuestra adorada congregación,
pero nada de eso puede tomar el lugar
de las buenas nuevas de liberación.


Si albergamos una cultura que exalta
el juicio en vez de la aceptación,
la caridad en vez de la justicia
y el control en vez de la compasión,
entonces estamos traicionando
el llamado de la iglesia
y comportándonos como gente asalariada.


Perdónanos, Buen Pastor,
por nuestra insensatez,
al olvidar que tú nos pides
que arriesguemos incluso nuestra vida
para cuidar de tu amado rebaño.

Enséñanos, Buen Pastor,
a acoger y proteger
a todas tus ovejas por igual,
sin importar que sean
blancas, negras, coloridas o rayadas.

Y recuérdanos, Buen Pastor,
que tú eres el Dios de la Creación,
que tu amor es ancho y atrevido
y cubre incluso a otras ovejas
que a nuestro redil no han venido.

© Magdalena I. García

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