Tumba de mi padre en el cementerio Montrose, en Chicago. mig
Por Magdalena I. García
¡Hoy vamos a celebrar tu cumpleaños, Papá!
Mamá está preparando la cena con ropa vieja,
arroz blanco, frijoles negros y platanitos.
Yo voy a comprar un pastel de tres leches,
dulce, cremoso, con licor, enchumbadito.
Todo de acuerdo a tus gustos y fácil de masticar
para que la dentadura postiza no te vaya a molestar.
También compraremos arreglos florales:
pensamientos, lirios, tulipanes y plantas de estación.
Y nos sentaremos a la mesa a brindar en tu honor
con vino tinto del bueno para marcar la ocasión.
Tus ochenta y cuatro primaveras vamos a festejar
y al menos por unas horas nuestra pena amortajar.
¡Hoy vamos a celebrar tu cumpleaños, Papá!
Porque aunque ya no estés con nosotros
y no puedas disfrutar de esta buena mesa,
vives cada día en nuestros corazones,
así que no nos dejaremos abatir por la tristeza.
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