A resource for Sunday’s liturgy based on Luke 15:1-2
A bilingual installation in Chinatown, Chicago, helps to spread the “you
are beautiful”. (More information about this campaign at you-are-beautiful.com).
mig / Una instalación bilingüe en el barrio chino de Chicago ayuda a propagar
el mensaje “eres hermoso/a”. (Más
información sobre esta campaña en you-are-beautiful.com).
by Magdalena I. García
It’s the largest committee in any organization
and it meets often without previous
notification;
it attracts people with a tendency to mumble
and invites them to join in a collective
grumble;
the proposed agenda is always the same:
to talk about others and engage in
defame;
they especially focus on those who don’t
fit the mold
and devise ingenious ways to criticize
and scold.
But as we read the Gospels we notice
right away
that Jesus teaches us to behave in a
different way;
he befriended tax collectors, forgave
the sinners,
and with unwanted folks he sat down to
dinner;
he could care less what others would say
and did what was right despite all the hearsay;
and he still calls us to act as his ambassadors
by embracing the unwelcomed outside our
doors.
Outgoing God,
help us to resist the urge to moan and
groan,
and the tendency to build barriers
against people who are different from
our own.
Neighborly God,
teach us instead to step outside our
comfort zone
and to be eager to build bridges
to befriend the stranger who lives next
to our home.
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Cuarto Domingo de Cuaresma
“Un Dios vecinal”
Un recurso para la liturgia
dominical basado en Lucas 15:1-2
por Magdalena I. García
Es el comité más numeroso de cualquier
organización
y sesiona a menudo sin previa
invitación;
atrae a la gente que le gusta murmurar
y la invita a unirse en un colectivo
refunfuñar;
la agenda propuesta no suele variar:
hablar de los demás y dedicarse a
difamar;
se enfocan especialmente en quienes no
logran encajar
y hallan maneras ingeniosas de criticar
y regañar.
Pero al leer los evangelios notamos
enseguida
que Jesús nos enseña a seguir otro
estilo de vida;
se acercó a los explotadores, a
pecadoras perdonó
y con la muchedumbre marginada a la mesa
se sentó;
no le importó para nada lo que la gente
dijese
e hizo lo correcto aunque algunos lo
maldijesen;
y él todavía nos llama a servir como
embajadores
abrazando a los indeseables de todos los
alrededores.
Dios Sociable,
ayúdanos a resistir el impulso
quejumbroso
y la tendencia a construir barreras
contra la gente que es diferente a
nosotros.
Dios Vecinal,
enséñanos por el contrario a salir de
nuestro cascarón
y a mostrarnos ávidos de construir
puentes
para acercarnos al desconocido que vive
junto a nosotros.
© Magdalena I. García
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