Wednesday, June 24, 2015

“Talitha koum” / “Talita cumi”

A reflection and confession based on Mark 5:21–24, 35–43

First published on 6/23/15 by Presbyterians Today Magazine blog: Reimagining the church. Edited for this blog.
 
Vacant lot in an impoverished area of Chicago, highly populated by people of color and adjacent to the Cook County Juvenile Justice Center. / Lote baldío en un área empobrecida de Chicago, que tiene una alta población de gente de color y colinda con el Centro de Justicia Juvenil del Condado de Cook.

by Magdalena I. García

We hear the commotion . . .
People weeping and wailing loudly
everywhere
in the houses of divine worship
and statistical reports
time and again:
“She’s dead, the church is dead.”

We hear the calmness . . .
Jesus talking and affirming softly
out of nowhere
in the houses of common people
and popular hearsay
time and again:
“She is not dead, but sleeping.”

The church sleeps
sedated by half truths
drugged by vested interests
cushioned by stocks and dividends
covered by insurance policies.

And while the church sleeps
the drive to embody the good news
to those who are enslaved
by poverty and wealth
lies dead.

But every now and then
through the voice of our conscience
and the disturbances of the crowd
we hear echoes
of the disquieting voice of Jesus:
“Talitha koum.”

Forgive us, Awakened God,
for spending our life slumbering,
indifferent to the injustices
that make the world lie awake.
Forgive us, Living God,
for wasting our life dying,
indifferent to the struggles
that make the world new life beget.

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“Talita cumi”

Una reflexión y confesión basada en Marcos 5:21–24, 35–43

Publicada originalmente el 6/23/15 por el blog de la revista Presbyterians Today: Reimagining the church. Editada para este blog.

por Magdalena I. García

Oímos el alboroto . . .
Gente llorando y lamentándose ruidosamente
por todas partes
en las casas de adoración divina
y los informes estadísticos
vez tras vez:
“Está muerta, la iglesia está muerta”.

Oímos la calma . . .
Jesús hablando y afirmando suavemente
cuando menos lo esperamos
en las casas de gente común
y las habladurías populares
vez tras vez:
“No está muerta, está dormida”.

La iglesia duerme
sedada por las medias verdades
drogada por los intereses creados
acojinada por las inversiones y los dividendos
tapada con las pólizas de seguro.

Y mientras que la iglesia duerme
el impulso por encarnar las buenas nuevas
a quienes están esclavizados
por la pobreza y la riqueza
yace muerto.

Pero de vez en cuando
en la voz de nuestra conciencia
y los disturbios de la multitud
oímos ecos
de la voz inquietante de Jesús:
“Talita cumi.”

Perdónanos, Dios Despierto,
por pasarnos la vida durmiendo,

indiferentes ante las injusticias
que tienen al mundo desvelado.
Perdónanos, Dios Viviente,
por desperdiciar la vida muriendo,

indiferentes ante las luchas
que en el mundo nueva vida han engendrado.

© Magdalena I. García

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