A reflection and confession based on
Mark 8:34-38
First published on 9/8/15 by Presbyterians Today magazine blog: One Church, Many Voices
The shocking image of a drowned Syrian boy (Aylan Kurdi, three years old), whose body washed ashore on a Turkish beach, grabbed newspaper headlines on September 3, 2015, alerting the world to the seriousness of the refugee crisis. Internet image. / La impactante imagen de un niño sirio ahogado (Aylan Kurdi, de tres años de edad), cuyo cuerpo apareció en la orilla de una playa turca, acaparó las portadas de los periódicos el 3 de septiembre de 2015, alertando al mundo sobre la seriedad de la crisis de refugiados. Imagen de internet.
by Magdalena I. García
First published on 9/8/15 by Presbyterians Today magazine blog: One Church, Many Voices
The shocking image of a drowned Syrian boy (Aylan Kurdi, three years old), whose body washed ashore on a Turkish beach, grabbed newspaper headlines on September 3, 2015, alerting the world to the seriousness of the refugee crisis. Internet image. / La impactante imagen de un niño sirio ahogado (Aylan Kurdi, de tres años de edad), cuyo cuerpo apareció en la orilla de una playa turca, acaparó las portadas de los periódicos el 3 de septiembre de 2015, alertando al mundo sobre la seriedad de la crisis de refugiados. Imagen de internet.
by Magdalena I. García
We seek a leader who follows our cues,
who intervenes on our behalf
and doesn’t have too many rules.
We prefer a teacher who obeys our
instructions
who advocates on our behalf
and doesn’t dictate too many
restrictions.
We want a master who executes our
objectives,
who works on our behalf
and doesn’t decree too many directives.
We love a savior who fulfills our
expectations,
who intercedes on our behalf
and doesn’t impose too many limitations.
But then Jesus comes along and ruins our
plans
speaking of self-denial, preaching self-sacrifice,
asking his followers to embrace
suffering,
announcing persecution and his own demise.
Forgive us, Surrendering Christ,
for wanting to get behind the wheel.
Take away our fear, restrain our
ambition,
lead us down the less-travelled road,
where the wounds of the world
await hidden in the ditches[i]
and wash up lifeless on the beaches.[ii]
Remind us that you alone belong
in the driver’s seat.
%%%
“En el puesto del conductor”
Una reflexión y confesión basada en
Marcos 8:34-38
Publicada originalmente 9/8/15 por el blog de la revista
Presbyterians Today: One Church, Many Voices
por Magdalena I. García
Buscamos un
líder que siga nuestras señales
que
intervenga a nuestro favor,
y que no
tenga muchos ideales.
Preferimos
un maestro que obedezca nuestras instrucciones
que abogue
en nuestro favor
y que no dicte
muchas restricciones.
Queremos un
patrón que ejecute nuestros objetivos,
que trabaje
a nuestro favor
y que no decrete
muchos imperativos.
Amamos a un
salvador que llene nuestra expectación,
que
interceda a nuestro favor
y que no
imponga muchas limitaciones.
Pero
entonces viene Jesús y arruina nuestros planes,
hablando de
sacrificio, predicando abnegación,
pidiendo a
sus seguidores que acepten el sufrimiento,
anunciando
persecución y su propia defunción.
Perdónanos,
Cristo Entregado,
por querer
ubicarnos detrás del timón.
Quítanos el
miedo, restringe nuestra ambición,
condúcenos
por el camino menos transitado,
donde las
heridas del mundo
aguardan
escondidas en las zanjas[iii]
y flotan
sin vida en las playas.[iv]
Recuérdanos
que sólo tú perteneces
en el puesto
del conductor.
%%%
[i] A
reference to undocumented migrant workers who perish crossing rivers and
deserts on the way to the US.
[ii] A
reference to the refugees fleeing war and conflict zones in the Middle East
whose bodies have washed up on Mediterranean beaches.
[iii] Una referencia a los trabajadores
migrantes indocumentados que perecen cruzando ríos y desiertos rumbo de EEUU.
[iv] Una referencia a los refugiados de
Oriente Medio que huyen de guerras y zonas de conflicto y cuyos cuerpos han
aparecido en playas del Mediterráneo.
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