Saturday, September 25, 2021

“A glass of water” / “Un vaso de agua”

A reflection based on Marcos 9:38-41


A glass of water on a living room table / Un vaso de agua sobre una mesa de salón

by Magdalena I. García

A glass of water;
that’s all that you ask
as a gesture of charity.
A glass of water;
that’s all that you ask
as a sign of loyalty.
A glass of water;
that’s all that you ask
for the sake of humanity.

But our lying lips,

painted with false religiosity,

hide behind fraudulent excuses
to disguise their malice
and lean on repression and might
to act with impunity.

We hoard the common goods
that your provident hand provides,
violating the law of love, mercy and sanctity.
We privatize lakes and springs
to bottle the vital fluid,
aggravating contamination and inequality.
We prosecute the volunteers
who aid thirsty migrants,
criminalizing acts of relief and piety.
We sell humanitarian aid
destined to alleviate pain and misery,
fertilizing the cry for dignity and liberty.

God of creation,
purify the murky currents of our hearts
and “let justice roll down like waters,

and righteousness like an ever-flowing stream.”[i]
God of the rock at Horeb,
strike the hardened stone of our hearts
that rivers of living water may flow from our inside
and satisfy and enliven humanity’s deep thirst.

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“Un vaso de agua”


Una reflexión basada en Marcos 9:38-41

por Magdalena I. García

Un vaso de agua;
es todo lo que pides
como gesto de caridad.
Un vaso de agua;
es todo lo que pides
como muestra de fidelidad.
Un vaso de agua;
es todo lo que pides
por el bien de la humanidad.

Pero nuestros labios engañosos,
pintados de falsa religiosidad,
se escudan tras pretextos fraudulentos
para disimular su mezquindad
y amparados por el poderío y la represión
actúan con impunidad.

Acaparamos los bienes comunes
que la generosa Providencia nos da,
violando la ley del amor, la misericordia y la santidad.
Privatizamos lagos y manantiales
para embotellar el líquido vital,
agudizando la contaminación y la desigualdad.
Enjuiciamos a los voluntarios
que socorren a migrantes sedientos,
criminalizando los gestos de socorro y piedad.
Vendemos la ayuda humanitaria
destinada a aliviar la miseria y el dolor,
abonando el grito de dignidad y libertad.

Dios de la creación,
purifica las corrientes turbias de nuestros corazones
para “que fluya como agua la justicia,

y la honradez como un manantial inagotable”.[ii]
Dios de la peña de Horeb,
golpea la roca endurecida de nuestros corazones
para que fluyan de nuestro interior ríos de agua viva
que sacien y vivifiquen la sedienta humanidad.

© Magdalena I. García




[i] Amos 5:24, CEB

[ii] Amós 5:24, DHH

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