Saturday, November 25, 2017

“A double standard” / “Un doble estándar”

A Revised Common Lectionary resource for November 26

Published on 11/24/2017 by Presbyterians Today magazine blog: One Church, Many Voices

by Magdalena I. García


A mural of a double-eyed face in Chicago’s Pilsen neighborhood invites us to consider the double standards in our world which the Gospel denounces. / Un mural de un ser con ojos dobles en el vecindario de Pilsen, en Chicago, nos invita a considerar los dobles estándares en nuestro mundo que el Evangelio denuncia.

And the king will answer them, ‘Truly I tell you, just as you did it to one of the least of these who are members of my family, you did it to me.’ – Matthew 25:40

Read the full lectionary passage here

“I was hungry and you gave me food,”
Jesus said.
Hungry,
like the millions of working poor in our world
who lack nutritious food,
while grain monopolies
and food wastage
continue to grow.


“I was thirsty and you gave me something to drink,”
Jesus said.
Thirsty,
like the millions of working poor in our world
who lack safe drinking water,
while the contamination of seas, lakes and rivers
continues to grow.


“I was a stranger and you welcomed me,”
Jesus said.
A stranger,
like the millions of working poor in our world
who lack adequate protection,
while forced displacement
and the criminalization of migrants
continue to grow.


“I was naked and you gave me clothing,”
Jesus said.
Naked,
like the millions of working poor in our world
who lack fair wages,
while multinational corporations
that kill local economies
continue to grow.


“I was sick and you took care of me,”
Jesus said.
Sick,
like the millions of working poor in our world
who lack basic health care,
while medical technology
and health-industry profits
continue to grow.


“I was in prison and you visited me,”
Jesus said.
In prison,
like the millions of working poor in our world
who are detained and incarcerated,
while the violation of human rights
and the propagation of private prisons
continue to grow.


Forgive us, God of the least of these,
for our eagerness to classify our brothers and sisters,
and to judge them with a double standard
for circumstances beyond their control,
while we hoard the goods
that you intended to be shared
and engage in practices
that wreak havoc in your world.

Remind us, God of the poor
whom Jesus fed, healed and liberated,
that it is by attentiveness to those who are suffering
that we honor your image and your ways,
and that we attain the abundant life
that you desire for all your creatures
since the foundation of the world.


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“Un doble estándar”


Un recurso para la liturgia dominical del 26 de noviembre

Publicado el 11/24/2017 por el blog de la revista Presbyterians Today: One Church, Many Voices

por Magdalena I. García


Y el Rey les responderá: ‘De cierto les digo que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos más pequeños, por mí lo hicieron’. – Mateo 25:40

Lea el pasaje completo aquí

“Tuve hambre, y ustedes me dieron de comer”,
dijo Jesús.
Hambriento,
como los millones de trabajadores pobres
en nuestro mundo
que no tienen alimentos nutritivos,
mientras que los monopolios de semillas
y el desperdicio de comida
siguen aumentando.


“Tuve sed, y me dieron de beber”,
dijo Jesús.
Sediento,
como los millones de trabajadoras pobres
en nuestro mundo
que no tienen agua potable,
mientras que la contaminación
de los mares, lagos y ríos
sigue aumentando.


“Fui forastero, y me recibieron”,
dijo Jesús.
Forastero,
como los millones de trabajadores pobres
en nuestro mundo
que no tienen protección adecuada,
mientras que el desplazamiento forzado
y la criminalización de migrantes
siguen aumentando.


“Estuve desnudo, y me cubrieron”,
dijo Jesús.
Desnudo,
como los millones de trabajadoras pobres
en nuestro mundo
que no tienen una paga justa,
mientras que las corporaciones multinacionales
que matan la economía local
siguen aumentando.


“Estuve enfermo, y me visitaron”,
dijo Jesús.
Enfermo,
como los millones de trabajadores pobres
en nuestro mundo
que no tienen cuidado de salud básico,
mientras que la tecnología médica
y las ganancias de la industria de la salud
siguen aumentando.


“Estuve en la cárcel, y vinieron a visitarme”,
dijo Jesús.
Encarcelado,
como los millones de trabajadoras pobres
en nuestro mundo
que no están detenidos y encarcelados,
mientras que la violación de los derechos humanos
y la propagación de las prisiones privadas
siguen aumentando.


Perdónanos, Dios de los más pequeños y las más pequeñas,
por nuestro afán de clasificar
a nuestros hermanos y hermanas,
y de juzgarles con un doble estándar
por circunstancias que están fuera de su control,
mientras que acaparamos los bienes
que tu pretendes compartamos
y adoptamos prácticas
que causan estragos en tu mundo.

Recuérdanos, Dios de los pobres
a quienes Jesús alimentó, sanó y liberó,
que es al prestar atención a las personas que sufren
que honramos tu imagen y tus caminos
y que alcanzamos la vida abundante
que tú deseas para todas tus criaturas
desde la fundación del mundo.


© Magdalena I. García

Thursday, November 16, 2017

“Burying and unearthing” / “Enterrar y desenterrar”

A Revised Common Lectionary resource for November 19

First published by 11/15/17 by Presbyterians Today magazine blog: One Church, Many Voices


Revised for this blog

by Magdalena I. García


 

 A Chicago city worker “buries” (plants) tulip bulbs in the flower beds along Michigan Ave., with the hope that they will bloom next spring. / Un obrero de la ciudad de Chicago “entierra” (siembra) bulbos de tulipán en los canteros de la avenida Michigan, con la esperanza de que florezcan la próxima primavera.

‘So I was afraid, and I went and hid your talent in the ground. Here you have what is yours.’ – Matthew 25:25

Read the full lectionary passage here

The life of faith is a journey that constantly calls us to discern the merit of withholding versus contributing, of divesting versus investing, of burying versus unearthing. In this parable, the slave or servant given one talent invites us to carefully evaluate our actions, paying special attention not to the Master’s or the empire’s demands (which do not represent God), but to the commandments of the Law and the witness of Biblical prophets that should guide our stewardship, despite the present costs or consequences.

When we bury submission and unearth resistance,
we hear the voice of Jesus say:
Well done, faithful servant,
keep bearing fruits until we are able to establish
God’s kin-dom on earth.

When we bury injustice and unearth equity,
we hear the voice of Jesus say:
Well done, faithful servant,
keep bearing fruits until we are able to establish
God’s kin-dom on earth.


When we bury selfishness and unearth generosity,
we hear the voice of Jesus say:

Well done, faithful servant,
keep bearing fruits until we are able to establish
God’s kin-dom on earth.


When we bury apathy and unearth compassion,
we hear the voice of Jesus say:
Well done, faithful servant,
keep bearing fruits until we are able to establish
God’s kin-dom on earth.


When we bury hostility and unearth hospitality,
we hear the voice of Jesus say:
Well done, faithful servant,
keep bearing fruits until we are able to establish
God’s kin-dom on earth.


When we bury imprisonment and unearth freedom,
we hear the voice of Jesus say:
Well done, faithful servant,
keep bearing fruits until we are able to establish
God’s kin-dom on earth.


When we bury evil and unearth goodness,
we hear the voice of Jesus say:
Well done, faithful servant,
keep bearing fruits until we are able to establish
God’s kin-dom on earth.


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“Enterrar y desenterrar”


Un recurso para la liturgia dominical del 19 de noviembre

Publicado originalmente el 11/15/17 por el blog de la revista Presbyterians Today: One Church, Many Voices

Revisado para este blog

por Magdalena I. García


“Porque al que tiene se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo poco que tiene se le quitará” – Mateo 25:29
Lea el pasaje completo aquí

La vida de fe es un peregrinaje que constantemente nos llama a discernir el mérito de retener versus contribuir, de desinvertir versus invertir, de enterrar versus desenterrar. En esta parábola, el esclavo o siervo que recibió un talento nos invita a evaluar cuidadosamente nuestras acciones, prestando especial atención no a las demandas del amo o del imperio (que no representan a Dios), sino a los mandamientos de la Ley y al testimonio de los profetas bíblicos que deben guiar nuestra mayordomía, a pesar de los costos o las consecuencias presentes.


Cuando enterramos la sumisión y desenterramos la resistencia,
oímos la voz de Jesús que nos dic
e:
Bien hecho, siervo fiel, sigue dando frutos
hasta que el reinado de Dios en la tierra
logremos establecer.

Cuando enterramos la injusticia y desenterramos la equidad,
oímos la voz de Jesús que nos dice:

Bien hecho, sierva fiel, sigue dando frutos
hasta que el reinado de Dios en la tierra
logremos establecer.

Cuando enterramos el egoísmo y desenterramos la generosidad,
oímos la voz de Jesús que nos dice:

Bien hecho, siervo fiel, sigue dando frutos
hasta que el reinado de Dios en la tierra
logremos establecer.


Cuando enterramos la apatía y desenterramos la compasión,
oímos la voz de Jesús que nos dice:
Bien hecho, sierva fiel, sigue dando frutos
hasta que el reinado de Dios en la tierra
logremos establecer.


Cuando enterramos la hostilidad y desenterramos la hospitalidad,
oímos la voz de Jesús que nos dice:
Bien hecho, siervo fiel, sigue dando frutos
hasta que el reinado de Dios en la tierra
logremos establecer.


Cuando enterramos el encarcelamiento y desenterramos la libertad,
oímos la voz de Jesús que nos dice:
Bien hecho, siervo fiel, sigue dando frutos
hasta que el reinado de Dios en la tierra
logremos establecer.


Cuando enterramos la maldad y desenterramos la bondad,
oímos la voz de Jesús que nos dice:
Bien hecho, sierva fiel, sigue dando frutos
hasta que el reinado de Dios en la tierra
logremos establecer.


© Magdalena I. García