A Revised Common Lectionary resource for February 19
First published on 2/14/17 by Presbyterians Today magazine blog: One Church, Many Voices
by Magdalena I. García
Easter sunrise over Lake Michigan, on Montrose Harbor, in Chicago. / Amanecer de Resurrección a orillas del Lago Michigan, en la Bahía Montrose, en Chicago.
“Love your enemies and pray for those who persecute you, so that you may be children of your Father in heaven; for he makes his sun rise on the evil and on the good, and sends rain on the righteous and on the unrighteous.” – Matthew 5:44b-45
Read the full lectionary passages here
And who is our enemy?
Is it the one who hates us,
or the hatred we harbor inside?
Is it the one who hurts us,
or the hurt we can’t set aside?
The challenge is to let the sun rise
on the darkened corners of our soul,
and to surround with God’s light
those we have demonized.
The challenge is to let the rain fall
on the hardened soil of our heart,
and to embrace with God’s love
those we have ostracized.
GOD OF GRACE, open the door
to the prison of our resentments,
and set us free from all hostility,
so we may reap the rewards
of sincere friendship and true loyalty.
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“Que salga el sol, que caiga la lluvia”
Un recurso para la liturgia dominical del 19 de febrero
Publicado originalmente el 2/14/17 por el blog de la revista Presbyterians Today: One Church, Many Voices
por Magdalena I. García
“Amen a sus enemigos, bendigan a los que los maldicen, hagan bien a los que los odian, y oren por quienes los persiguen, para que sean ustedes hijos de su Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos”. – Mateo 5:44b-45
Lea el pasaje aquí: Mateo 5:38-48
¿Y quién es nuestro enemigo?
¿Será la persona que nos odia,
o el odio que internamente cobijamos?
¿Será la persona que nos hiere,
o la herida que no desestimamos?
El reto es permitir que el sol salga
sobre los oscurecidos rincones de nuestra alma
y rodear con la luz de Dios
a las personas que hemos demonizado.
El reto es permitir que la lluvia caiga
sobre el endurecido suelo de nuestro corazón
y abrazar con el amor de Dios
a las personas que hemos repudiado.
DIOS DE GRACIA, abre la puerta
de la prisión de nuestros resentimientos
y libéranos de toda hostilidad
para que cosechemos como recompensa
sincera amistad y genuina lealtad.
© Magdalena I. Garcia
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