By Magdalena I. García
It’s not the end, nor a detour;
it’s merely a bend on your journey’s path.
So follow the road, and let the earth carry you.
May rocks become stepping stones.
May pebbles dislodge any false sense comfort.
May dust announce the coming rains.
May puddles beg you to pause and play.
May mud remind you of the need to be flexible.
May tracks make you aware of your power to guide.
And may you travel with the certainty
that when you follow your heart
God walks with you and there are no missteps.
Written for my dear friend and colleague Frank Alton on his last Sunday in the pulpit as Pastor of Immanuel Presbyterian Church, in Los Angeles.
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“Una bendición para el camino”
Por Magdalena I. García
No es el final, ni tampoco un desvío;
es tan sólo una curva en la senda de tu peregrinaje.
Así que sigue el camino, y deja que la tierra te lleve.
Qué las piedras se conviertan en pasaderas.
Qué los guijarros desplacen todo falso sentido de comodidad.
Qué el polvo anuncie las lluvias venideras.
Qué los charcos te imploren una pausa para jugar.
Qué el fango te recuerde la necesidad de ser flexible.
Qué las huellas te conciencien sobre tu poder para guiar.
Y qué viajes con la certidumbre
de que cuando sigues tu corazón
Dios camina contigo y no hay pasos en falso.
Escrita para mi querido amigo y colega Frank Alton en el último domingo en que éste ocupó el púlpito como pastor de la Iglesia Presbiteriana Immanuel, en Los Ángeles.
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