Published on 2/6/2018 by Presbyterians Today magazine blog: One Church, Many Voices
by Magdalena I. García
A sign on the fence of Jahn Elementary School, on Chicago’s North side, reminds
us of our earthly calling. / Un cartel en la cerca de la escuela primaria Jahn,
en el sector norte de Chicago, nos recuerda nuestro llamado terrenal.
Then Peter said to Jesus, “Rabbi, it is good for us to be here; let us make three dwellings, one for you, one for Moses, and one for Elijah.” – Mark 9:5
Read the full lectionary passage here
We like going up the mountain
where the light is shining bright,
but Jesus leads us down
to the places where darkness abides.
We like going up the mountain
to get away from it all,
but Jesus leads us down
to get involved in the midst of it all.
We like going up the mountain
where people applaud our magnanimity,
but Jesus leads us down
to do good deeds in anonymity.
We like going up the mountain
to rub elbows with the famous,
but Jesus leads us down
to wash the feet of the nameless.
We like going up the mountain
to delight alongside the sheltered,
but Jesus leads us down
to welcome the displaced.
We like going up the mountain
to capture the dawn of the resurrection,
but Jesus leads us down
to experience the surrender of the crucifixion.
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“Arriba y abajo”
Un recurso para la liturgia dominical del 11 de febrero
Publicado el 2/6/2018 por el blog de la revista Presbyterians Today: One Church, Many Voices
por Magdalena I. García
Pedro le dijo entonces a Jesús: “Maestro, ¡qué bueno es para nosotros estar aquí! Vamos a hacer tres cobertizos; uno para ti, otro para Moisés, y otro para Elías”. – Marcos 9:5
Lea el pasaje completo aquí
Nos gusta subir a la montaña
donde la luz brilla con intensidad,
pero Jesús nos conduce hacia abajo
a los lugares donde perdura la oscuridad.
Nos gusta subir a la montaña
para alejarnos de todo,
pero Jesús nos conduce hacia abajo
para que nos involucremos en todo.
Nos gusta subir a la montaña
donde obtenemos reconocimiento inmediato,
pero Jesús nos conduce hacia abajo
para que hagamos buenas obras en el anonimato.
Nos gusta subir a la montaña
para codearnos con los famosos,
pero Jesús nos conduce hacia abajo
para que lavemos los pies de los menesterosos.
Nos gusta subir a la montaña
para deleitarnos junto a los acomodados,
pero Jesús nos conduce hacia abajo
para que demos la bienvenida a los desplazados.
Nos gusta subir a la montaña
para captar el amanecer de la resurrección,
pero Jesús nos conduce hacia abajo
para que experimentemos la entrega de la crucifixión.
© Magdalena I. García
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