Una reflexión basada en Juan 13:1-17
El río Fuengirola, en la ciudad del mismo nombre, en Andalucía, España,
entrando al mar Mediterráneo
por Magdalena I. García
Como el río que sin miedo
se rinde a la orilla del mar;
como la lluvia del campo,
que el retoño hace brotar;
así es el amor genuino,
se suma, no sabe restar,
no entiende de mezquindades,
tan sólo se quiere entregar.
Como el ave que madruga
para su trino entonar;
como pájaros que un nido
con celo suelen vigilar;
así es el amor genuino,
se suma, no sabe restar,
no entiende de mezquindades,
tan sólo se quiere entregar.
Como sol que el día ilumina
para la vida alegrar;
como luna que de noche
obliga todo a brillar;
así es el amor genuino,
se suma, no sabe restar,
no entiende de mezquindades,
tan sólo se quiere entregar.
Como vieja palangana
dispuesta el agua a cargar;
como el maestro de rodillas
que los pies se atrevió a lavar;
así es el amor genuino,
se suma, no sabe restar,
no entiende de mezquindades,
tan sólo se quiere entregar.
© Magdalena I. García
Se concede permiso
para uso litúrgico con crédito a la autora.
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