Una reflexión basada en Mateo
15:21-28
Aretes o pendientes a la venta en la feria de arte de la Calle 18, en el barrio
de Pilsen, en Chicago
por Magdalena I. García
Hay que tener ovarios
para atreverse la voz a levantar
sabiendo que nuestro reclamo
a muchos va a incomodar.
Hay que tener ovarios
para atreverse a demandar
atención ante las miradas
que nos quieren acribillar.
Hay que tener ovarios
para atreverse a reclamar
un espacio de atención digna
aunque nos quieran silenciar.
Hay que tener ovarios
para atreverse a retar
prejuicios y normas sociales
que por siglos nos hicieron callar.
Hay que tener ovarios
para atreverse a entablar
un diálogo con
aquellos
que tienen poder para condenar.
Hay que tener ovarios
para atreverse a cuestionar
las justificaciones trilladas
que a la cara nos suelen espetar.
Hay que tener ovarios
para atreverse a derrocar
el sistema por siglos establecido
que a las mujeres insiste en marginar.
Hay que tener ovarios
para atreverse a imitar
a esa supuesta perra extranjera
que supo los insultos soportar.
Hay que tener ovarios
para atreverse a despertar
de la pesadilla del sexismo
y nuestros derechos ejercitar.
Hay que tener ovarios
para atreverse a rebotar
los insultos y los atropellos
de quienes rehúsan el poder soltar.
Hay que tener ovarios
para atreverse a conquistar
entornos seguros donde todas
podamos nuestro sentir manifestar.
Hay que tener ovarios
para atreverse a luchar
por un mundo donde el discrimen
hayamos logrado desterrar.
Hay que tener ovarios
para atreverse a fomentar
comunidades diversas e inclusivas
donde todes podamos prosperar.
© Magdalena I. García
Tuesday, August 15, 2023
“Hay que tener ovarios”
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