A reflection based on Matthew
25:1-13
Votive candles at the Shrine of Our Lady of Guadalupe, in Des Plaines,
Illinois. / Velas votivas en el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, en
Des Plaines, Illinois.
by Magdalena I. García
Cautious, yet selfish women
refuse to share some oil
while their friends in distress
stand in darkness, outside the door.
Where is the good news
in a story about hoarders
who tell their needy neighbors
to go away, to run to the store?
Perhaps the good news reside
in knowing that the final judgment
is God’s prerogative, not ours,
and the verdict is not arbitrary
because perseverance is rewarded.
And perhaps the good news reside
in recognizing that these harsh parables
found in Matthew 24 and 25
warn us that the life of faith
should not be one of idleness and passivity.
Faithful waiting involves
vigilance to discern
what God is doing in our midst.
And faithful waiting implies
diligence to join
God’s Spirit wherever it might be at work.
Faithful waiting requires
filling our hearts with the oil of prayer
to sustain us through the night.
And faithful waiting demands
filling the world with the light of hope
to usher in a new day.
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“Vigilancia y diligencia”
Una reflexión basada en Mateo 25:1-13
por Magdalena I. García
Cautelosas, pero egoístas esas mujeres
que rehúsan compartir aceite
con sus amigas que está en apuros,
a oscuras, al otro lado de la puerta.
¿Dónde hallamos las buenas nuevas
en una historia sobre acaparadoras
que le dicen a sus vecinas desprovistas
que se larguen y se vayan a la tienda?
Quizás las buenas nuevas residen
en saber que el juicio final
es prerrogativa de Dios, y no nuestra,
y que el veredicto no es arbitrario
porque la perseverancia es recompensada.
Y quizás las buenas nuevas residen
en reconocer que estas parábolas duras
que hallamos en Mateo 24 y 25
nos advierten que la vida de fe
no debe ser una de ocio y pasividad.
Esperar con fidelidad conlleva
vigilancia para discernir
lo que Dios está haciendo en nuestro medio.
Y esperar con fidelidad implica
diligencia para unirnos
al Espíritu de Dios doquiera esté obrando.
Esperar con fidelidad requiere
llenar nuestros corazones con el aceite de la oración
que nos sostenga durante la noche.
Y esperar con fidelidad exige
llenar el mundo con la luz de la esperanza
que abra el paso a un nuevo día.
© Magdalena I. García
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