Recordando a mi madre en su 87 cumpleaños
Mi madre Migdalia dejando su huella en el hielo en
el Museo de Ciencia e Industria de Chicago en noviembre del 2019
La huella de tu vida está presente
en cada olla que a diario sazonamos,
en el ajo criollo que machacamos
y en la mesa con cupo suficiente.
Por las nítidas gavetas te asomas,
vigilando la precisión del doblez,
no fuiste devota de la rapidez,
en parsimonia ganaste diplomas.
Por eso, madre amada, no podemos
hacer las cosas con chapucería;
sería un pecado desechar tu herencia.
Al cielo por tu vida agradecemos
y rogamos nos dé sabiduría
para enfrentarlo todo con paciencia.
© Magdalena I. García
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