Manualidades para la niñez que proclaman el mensaje de los ángeles de la Navidad y la voluntad del Dios del Magníficat.
por Magdalena I. García
La Providencia a quien María canta
no tiene nada que ver
con plegarias hábilmente redactadas
para nuestra conciencia adormecer.
La Providencia a quien María canta
no tiene nada que hacer
expuesta en altares y procesiones
cuando la gente no tiene que comer.
La Providencia a quien María canta
no tiene nada que pretender,
detesta las actitudes altaneras
que al pueblo suelen empobrecer.
La Providencia a quien María canta
no tiene nada que reconocer,
detesta la lengua mentirosa
experta en toda verdad retorcer.
La Providencia a quien María canta
no tiene nada que temer,
defiende los derechos humanos
y denuncia todo abuso de poder.
La Providencia a quien María canta
no tiene nada que esconder,
actúa íntegramente, sin malicia,
procura la justicia promover.
La Providencia a quien canta María
no tiene nada que imponer,
nos invita a un pacto de misericordia,
al prójimo maltratado socorrer.
La Providencia a quien María canta
no tiene nada que perder,
apuesta siempre por la vida
y a su paso todo suele renacer.
La Providencia a quien María canta
nos invita las manos a entretejer
para forjar la paz en la tierra
y proclamar un nuevo amanecer.
© Magdalena I. García
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