Entonces María tomó unos trescientos gramos de perfume de nardo puro, que era muy caro, y con él ungió los pies de Jesús, y con sus cabellos los enjugó. Y la casa se llenó con el olor del perfume». Juan 12:6
Un pomo de agua de colonia francesa, un preciado regalo de mi tía Irma, además del bálsamo de su gran cariño.
por Magdalena I. García
Seis
días antes de la pascua
María en Betania te ofreció...
nardo puro,
ofrenda de gratitud inmensa;
nardo puro,
entrega absoluta y sin reservas;
nardo puro,
unción para reyes y moribundos;
nardo puro,
devoción que rebasa el protocolo.
En cambio nosotros, nosotras, nosotres,
con frecuencia te ofrecemos...
nardo impuro,
alabanza corrompida por nuestra mezquindad;
nardo impuro,
discipulado contaminado por nuestra infidelidad;
nardo impuro,
testimonio profanado por nuestra impiedad;
nardo impuro,
servicio diluido por nuestra dualidad.
Y encima, como Judas Iscariote,
nos atrevemos a señalar y criticar
lo que ella y otras Marías te ofrecen
con genuino deleite y sincera adoración.
Nardo puro,
eso debíamos ofrecer, amado Jesús,
a ti y al mundo en tu nombre,
si de veras tuviéramos
un corazón desbordante de agradecimiento,
y si de veras entendiésemos
que el verdadero amor no tiene límites ni precio.
María en Betania te ofreció...
nardo puro,
ofrenda de gratitud inmensa;
nardo puro,
entrega absoluta y sin reservas;
nardo puro,
unción para reyes y moribundos;
nardo puro,
devoción que rebasa el protocolo.
En cambio nosotros, nosotras, nosotres,
con frecuencia te ofrecemos...
nardo impuro,
alabanza corrompida por nuestra mezquindad;
nardo impuro,
discipulado contaminado por nuestra infidelidad;
nardo impuro,
testimonio profanado por nuestra impiedad;
nardo impuro,
servicio diluido por nuestra dualidad.
Y encima, como Judas Iscariote,
nos atrevemos a señalar y criticar
lo que ella y otras Marías te ofrecen
con genuino deleite y sincera adoración.
Nardo puro,
eso debíamos ofrecer, amado Jesús,
a ti y al mundo en tu nombre,
si de veras tuviéramos
un corazón desbordante de agradecimiento,
y si de veras entendiésemos
que el verdadero amor no tiene límites ni precio.
© Magdalena I. García
No comments:
Post a Comment