Saturday, February 17, 2024

“Into the desert” / “Al desierto”

A reflection based on Matthew 4:1-11 / Una reflexión basada en Mateo 4:1-11


Detail of a Quiver tree trunk and a cactus inside the arid climate greenhouse, at the Chicago Botanic Garden / Detalle del tronco del árbol Quiver (o carcaj) y un cactus en el invernadero de clima árido, en el Jardín Botánico de Chicago

by/por Magdalena I. García

Jesus was led by the Spirit
into the desert of Judea
in order to be tested,
and in that arid climate,
in the company of cacti and succulents,
he demonstrated that endurance and survival
depend on inner reserves,
and that nurturing on Scriptures
provides indispensable resources
to overcome the human tendency
to become self-centered.

That same Spirit often leads us
into the desert of Hardship
in order to be tested,
and in that scorching climate,
in the company of pain and loss,
we discover that resilience and persistence
depend on inner reserves,
and that nurturing on Scriptures
provides indispensable resources
to overcome the human propensity
to become self-serving.

And although some erroneously say
that to be blessed means
to be spared tears and trials,
thanks be to God
for the school of the desert,
where we are led by the Spirit
not to be tempted and defeated
by delusional thinking
and grandiose plans,
but to be tested and strengthened
to live with greater faithfulness
by learning to trust in God’s mercy.

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Jesús fue llevado por el Espíritu
al desierto de Judea
para ser puesto a prueba,
y en ese clima árido,
en compañía de cactus y suculentas,
demostró que la resistencia y la sobrevivencia
dependen de reservas interiores,
y que nutrirse con las Escrituras
provee recursos indispensables
para vencer la tendencia humana
a volverse egocéntrico.

Ese mismo Espíritu a menudo nos lleva
al desierto de la Dificultad
para ser puestos a prueba,
y en ese clima abrasador,
en compañía de la pérdida y el dolor,
descubrimos que la resiliencia y la persistencia
dependen de reservas interiores
y que nutrirse de las Escrituras
provee recursos indispensables
para vencer la propensidad humana
a volverse egoísta.

Y aunque hay quienes erróneamente dicen
que gozar de bendición significa
librarse de lágrimas y lamentos,
demos gracias a Dios
por la escuela del desierto,
a donde nos conduce el Espíritu
no para ser tentados y derrotadas
por pensamientos delirantes
y planes grandiosos,
sino para ser probados y fortalecidas
para vivir con mayor fidelidad
al aprender a confiar en la misericordia de Dios.

© Magdalena I. García

Permission granted for liturgical use with author credit / Se concede permiso para uso litúrgico con crédito a la autora


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