Una reflexión basada en Juan 3:6-8 y la tercera sesión del curso “Prácticas
encarnadas de predicación” a cargo de la profesora Rev. Lis Valle-Ruiz, Ph.D.
Molinillos que hicimos en la clase para jugar y estimular la reflexión
por Magdalena I. García
A veces no hay aire
nada se mueve
todo está quieto
a mi alrededor,
como si la energía
se hubiera acabado
y el entorno aguardara
la llegada de un soplo
que lo devuelva a la vida.
A veces no hay aire
nada se mueve
todo está quieto
en mi interior,
como si la energía
se hubiera acabado
y mi alma aguardara
la llegada de un soplo
que me devuelva a la vida.
Entonces recuerdo
que el viento sopla
de donde quiere,
constantemente,
sin restricciones;
y que para recobrar
el dinamismo
que mi ser añora
necesito vencer
el temor paralizante,
el desánimo incapacitante,
y el pesimismo agobiante,
y ubicarme cual molinillo
frente a la corriente
que deshace la estática
y despierta el espíritu
al impulsar las aspas
que estaban enmohecidas
por el desgaste de la rutina.
© Magdalena I. García
Wednesday, August 3, 2022
“A veces no hay aire”
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