First published on 6/30/15 by PresbyteriansToday Magazine blog: Reimagining the church. Edited for this blog.
A rainbow flag celebrating LGBTQ+ identity joined the
flags of the world during a homecoming service at Ravenswood Presbyterian Church, in Chicago. / Una bandera del arcoiris que celebra la identidad LGBTQ+ se unió a las banderas
del mundo durante un servicio de vuelta al hogar en la Iglesia Presbiteriana Ravenswood, en Chicago.
by Magdalena I. García
He went to the synagogue
and sat among them,
speaking boldly,
offering fresh insights,
knowledge beyond his credentials,
wisdom beyond his years,
challenging the status quo
turning on its head the official
narrative.
At first the gathered were speechless,
amazed,
but soon they felt uncomfortable,
displaced.
Threatened by the message,
they chose instead
to attack the messenger,
questioning his origins,
smearing his character,
banning him from their circle.
And many who nowadays
sit on the margins of the church
could write a lengthy commentary
for the reading of this text.
Our own lives provide clues
to extract an interpretation;
our own wounds provide proofs
that hardly need translation.
God of the Banned,
forgive us for cutting down and cutting
off
those you have embraced and sent our
way,
simply because they threaten us
with their presence.
God of the Unwelcomed,
forgive us for cutting down and cutting
off
those you have embraced and sent our
way,
simply because they intimidate us
with their witness.
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“Exégesis experiencial”
Una reflexión y confesión basada en
Marcos 6:1-6
Publicada originalmente el 6/30/15 por
el blogde la revista Presbyterians Today: Reimagining the church. Editado para este blog.
por Magdalena I. García
Fue a la sinagoga
y se sentó en medio de ellos
hablando audazmente,
ofreciendo nuevas perspectivas,
conocimientos más allá de sus
credenciales,
sabiduría más allá de sus años,
retando el orden establecido
poniendo de cabeza la narrativa oficial.
Al principio los congregados estaban boquiabiertos,
admirados,
pero pronto se sintieron incómodos,
desplazados.
Amenazados por el mensaje
eligieron a cambio
atacar al mensajero,
cuestionando sus orígenes,
destruyendo su carácter,
excluyéndolo de su círculo.
Y muches que actualmente
nos sentamos en los márgenes de la
iglesia
podríamos escribir un copioso comentario
para la lectura de este texto.
Nuestras propias vidas nos dan pistas
para extraer una interpretación;
nuestras propias heridas nos dan pruebas
que apenas necesitan traducción.
Dios de los Vetados,
perdónanos por rebajar y desvincular
a quienes tú has abrazado y enviado,
simplemente porque nos amenazan
con su presencia.
Dios de les Desinvitades,
perdónanos por rebajar y desvincular
a quienes tú has abrazado y enviado,
simplemente porque nos intimidan
con su testimonio.
© Magdalena I. García
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