Saturday, August 24, 2024

“God’s armor” / “La armadura de Dios”

Reflection based on Ephesians 6:10–20 / Reflexión basada en Efesios 6:10–20


Altocumulus clouds on a summer day remind us of heavenly hosts / Las nubes altocúmulo en un día de verano nos recuerdan las huestes celestiales

by/por Magdalena I. García

Some believers claim
that to fulfill the Great Commission
it suffices to obey God’s word,
by proclaiming salvation to the world
and making disciples in Jesus’ name.

Other faithful argue
that to bear faithful witness to the gospel
it is imperative to expose falsehoods,
to dismantle systems of oppression
and to advocate for equitable policies.

And in every Christian family
we find this stark division
between ardent evangelizers
and passionate activists,
as if we could run around
half naked or half dressed,
a dichotomy that often results in
fierce disagreements and painful schisms.

But Ephesians reminds us
that “we are not fighting
against flesh-and-blood enemies,
but against evil rulers and authorities
of the unseen world,
against mighty powers
in this dark world,
and against evil spirits
in the heavenly places.”

Therefore, in order to withstand
evil’s relentless assault
we must put on God’s armor,
relying for defense and empowerment
on truth, righteousness, peace and faith;
resisting the temptation
to label or to attack
those with whom we disagree;
and remembering that our only weapon
is “the sword of the Spirit,
which is the word of God.”

Forgive us, Loving God,
for causing divisions in your body,
with arrogance and rivalry.
Teach us, Inclusive Jesus,
to work for the unity of your body,
with determination and humility.
Enable us, Reconciling Spirit,
to strengthen the witness of your body,
with integrity and kindness.

%%%

Hay creyentes que alegan
que para cumplir con la Gran Comisión
basta con obedecer la palabra de Dios,
al proclamar al mundo la salvación
y hacer discípulos en el nombre de Jesús.


Otros fieles argumentan
que para dar un testimonio fiel del evangelio
es imperativo exponer las falsedades,
desmantelar los sistemas de opresión
y abogar por políticas equitativas.

Y en toda familia cristiana
hallamos esta marcada división
entre fervientes evangelizadores
y apasionados activistas,

como si pudiésemos andar
medio desnudos o medio vestidos,
una dicotomía de la cual a menudo resultan
encarnizados desacuerdos y dolorosos cismas.

Pero Efesios nos recuerda
que “
no luchamos contra enemigos
de carne y hueso,
sino contra gobernadores malignos
y autoridades del mundo invisible,
contra fuerzas poderosas
de este mundo tenebroso
y contra espíritus malignos
de los lugares celestiales”.

Por lo tanto, para resistir
el ataque implacable del diablo
debemos ponernos la armadura de Dios,
basando nuestra defensa y empoderamiento
en la verdad, la justicia, la paz y la fe;
resistiendo la tentación
de etiquetar o atacar a las personas
con quienes tenemos desacuerdos;
y recordando que nuestra única arma
es “la espada del Espíritu,
la cual es la palabra de Dios”.

Perdónanos, Dios Amoroso,
por causar la división de tu cuerpo
con arrogancia y rivalidad.
Enséñanos, Jesús Incluyente,
a trabajar por la unidad de tu cuerpo
con determinación y humildad.
Permítenos, Espíritu Reconciliador,
fortalecer el testimonio de tu cuerpo,
con integridad y amabilidad.

© Magdalena I. García
(Written in 2015, revised in 2024. // Escrita en 2015; revisada en 2024)

 

 

Sunday, August 18, 2024

We remember the past, we honor the present, we anticipate the future...

Candles lit during the prayers of the people
Velas que se encendieron durante las oraciones del pueblo

Prayers of the People
Ravenswood Presbyterian Church, in Chicago
A service of gratitude for 122 years of witness
and service in the Ravenswood area

(before relocating in the fall)
Led by Lisa Sacksteder, Mercedes Sierra and Aracely Rodríguez

We remember the past,
and the many generations that have called this place home:
from the handful of people who gathered at Library Hall
at Hermitage and Montrose in 1902,
to those who filled the first chapel built in 1907,
and the hundreds who worshipped here
in the 1940s, 50s and beyond.
We celebrate the decades of mission and education,
connection and relationships.
And we give thanks for the journey of faith.
Let God’s people say: Great is God’s faithfulness.

We honor the present,
praising God for the prophetic voice and stance
of this congregation that, in 1968,
at the height of the Civil Rights Movement,
welcomed as siblings in Christ and partners in mission
a group of first-generation Hispanic immigrants and their pastor.
We are proud of our identity as “the Church of the Open Door”.
We are a welcoming, intercultural and bilingual community
where all God’s beloved children are accepted just as they are,
and a Matthew 25 congregation
that seeks to serve the most vulnerable.
Let God’s people say: Great is God’s faithfulness.

We anticipate the future,
and the many things that God is yet to do
with and through this congregation.
We are filled with hope as we pray for the church
that God is calling us to be beyond the Ravenswood area.
And we are filled with joy as we plan for the community of faith
that we want our children and grandchildren to inherit:
a place where they learn to seek justice, love mercy
and walk humbly with God.
We recommit ourselves to live as true disciples of Jesus
by serving neighbors and foreigners alike.
Let God’s people say: Great is God’s faithfulness.
Amen.

%%%

Oraciones del Pueblo
Iglesia Presbiteriana Ravenswood, en Chicago
Un servicio de gratitud por 122 años de testimonio
y servicio en en área de Ravenswood

(antes de reubicarnos en el otoño)
Dirigida por Lisa Sacksteder, Mercedes Sierra and Aracely Rodríguez

Recordamos el pasado,
y las muchas generaciones que han considerado este su hogar:
desde el puñado de personas que se reunieron en la biblioteca
de las avenidas Hermitage y Montrose en 1902,
hasta las que llenaron la primera capilla construida en 1907,
y los cientos que adoraron aquí
en las décadas de 1940, 50 y más allá.
Celebramos las décadas de misión y educación,
conexión y relaciones.
Y damos gracias por el peregrinaje de fe.
Qué el pueblo de Dios diga: Grande es la fidelidad de Dios.

Honramos el presente,
alabando a Dios por la voz y la postura proféticas
de esta congregación que, en 1968,
cuando estaba en su apogeo
el Movimiento por los Derechos Civiles,
recibió como hermanos en Cristo y compañeros de misión
a un grupo de inmigrantes hispanos de primera generación
y su pastor.
Sentimos orgullo de nuestra identidad
como “la Iglesia de la Puerta Abierta”.
Somos una comunidad hospitalaria, intercultural y bilingüe
donde todes les hijes amades de Dios
reciben aceptación tal como son,
y una congregación Mateo 25
que procura servir a las personas más vulnerables.
Qué el pueblo de Dios diga: Grande es la fidelidad de Dios.

Anticipamos el futuro,
y las muchas cosas que Dios está por hacer
con esta congregación y por medio de ella.
Nos llena de esperanza el orar por la iglesia
que Dios nos está llamando a ser
más allá del área de Ravenswood.
Y nos llena de gozo hacer planes para la comunidad de fe
que deseamos nuestros hijos y nietas hereden:
un lugar donde aprendan a buscar la justicia,
amar la misericordia y caminar humildemente con Dios.
Nos comprometemos a vivir
como verdaderos discípulos de Jesús
sirviendo a vecinos y extranjeros por igual.
Qué el pueblo de Dios diga: Grande es la fidelidad de Dios.
Amén.

 

Thursday, August 1, 2024

“Rendimiento constante”

Una décima por el Día de la Pachamama


La ruda, una planta que los guaraníes usan en la celebración de la Pachamama, crece en mi jardín para albergar y alimentar mariposas.

¿Qué sería de nuestra vida
sin tus surcos generosos
que brindan frutos sabrosos,
nutritivos, sin medida?
Quedaría reducida
a una hambruna espeluznante
y por eso cada instante
te debemos agradecer
e imitar cada amanecer
tu rendimiento constante.

© Magdalena I. García
Se concede permiso para uso litúrgico con crédito a la autora