Published on 4/24/18 by Presbyterians Today magazine blog: One Church, Many Voices
Revised for this blog
by Magdalena I. García
Ornamental grasses in my backyard are pruned back every spring. / Las hierbas
ornamentales de mi patio se recortan cada primavera.
‘He removes every branch in me that bears no fruit. Every branch that bears fruit he prunes to make it bear more fruit.’ – John 15:2
Read the full lectionary passage here
Pruner God, we offer up
our arid, thorny, sterile lives.
Prune away
the dryness of callous responses,
the parchedness of ongoing neglect,
the brittleness of shallow answers.
Prune away
the sharpness of unfair accusations,
the incisiveness of misguided narratives,
the sting of false allies.
Prune away
the barrenness of social isolation,
the fruitlessness of class separation,
the desolation of racial segregation.
Pruner God, hover over
our arid, thorny, sterile lives.
Spruce us up with your Word
and sow in us the vision and the will
to cultivate just and peaceful communities
where all your children
can thrive.
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“Dios podador”
Un recurso para la liturgia dominical del 29 de abril
Publicado el 4/24/18 por el blog de la revista Presbyterians Today: One Church, Many Voices
por Magdalena I. García
Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. – Juan 15:2
Leael pasaje completo aquí
Dios podador, te ofrecemos
nuestras vidas áridas, espinosas, estériles.
Poda
la resequedad de las respuestas insensibles,
el agostamiento del abandono continuo,
la fragilidad de las soluciones superficiales.
Poda
la agudeza de las acusaciones injustas,
la incisividad de los discursos equivocados,
el escozor de los falsos aliados.
Poda
la esterilidad del aislamiento social,
la infructuosidad de la separación de clases,
la desolación de la segregación racial.
Dios podador, ciérnete sobre
nuestras vidas áridas, espinosas, estériles.
Acicálanos con tu Palabra
y siembra en nosotros la visión y la voluntad
para cultivar comunidades justas y pacíficas
donde todos tus hijos, hijas e hijes
puedan progresar.
© Magdalena I. García