Friday, October 2, 2009

“Crumbs”

A reflection on Mark 7:24-30, where a Gentile woman, of Syrophoenician origin, challenges Jesus to expand his circle of inclusiveness and welcome everyone at God’s table.

Setting the table for birds in my backyard. / Sirviéndole la mesa a los pájaros de mi patio. mig

By Magdalena I. García

Crumbs…
for the birds, the squirrels, the dogs;
for the lesser creatures;
for those who feed under the table.

Crumbs…
for the colored, the women, the immigrants, the gays;
for the lower creatures;
for those who are denied a place at the table.

Crumbs…
morsels, leftovers, the words of destitution
that the poor and marginalized continue to hear today.

But the words of institution say something else:
“Take and eat, this is my body, given for you…”*
So, remember that and share the loaf.


*A reference to the words echoing those of Jesus himself at the Last Supper: Mathew 26:26-29; Mark 14:22-25; Luke 22:15-20; and also 1 Corinthians 11:23-26.

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“Migajas”

Una reflexión sobre Marcos 7:24-30, donde una mujer gentil, de origen sirofenicio, reta a Jesús para que expanda su círculo de inclusividad y le dé la bienvenida a todos y todas en la mesa de Dios.

Por Magdalena I. García

Migajas…
para los pájaros, las ardillas, los perros;
para las criaturas menores;
para quienes comen debajo de la mesa.

Migajas…
para la gente de color, las mujeres, los inmigrantes, los gays;
para las criaturas inferiores;
para quienes no reciben invitación a la mesa.

Migajas…
pedazos, sobras, las palabras de destitución
que los pobres y los marginados siguen oyendo hoy en día.

Pero las palabras de la institución dicen otra cosa:
“Tomen y coman, esto es mi cuerpo, entregado por ustedes…”*
Así que, recuerden esto y compartan la hogaza.


*Una referencia a las palabras que hacen eco de las pronunciadas por Jesús en la Última Cena: Mateo 26:26-29; Marcos 14:22-25; Lucas 22:15-20; y también 1 Corintios 11:23-26.


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"On Stumbling Blocks and Rolling Stones"

A reflection born out of the sadness of seeing a gifted colleague (whose compassionate presence, empowering word and evangelistic zeal our denomination desperately needs) abandon the ministerial ordination track after much frustration with this arduous and often inflexible process.



By Magdalena I. García

God shines through our darkness
and we put on the spectacles of tradition;
the Lord Jesus knocks at our door
and we turn the lock of polity;
the Holy Spirit blows through our windows
and we pull down the shades of orthodoxy.

And then we wonder why the membership roll continues to shrink,
why the per capita offering continues to decline,
and why the denomination continues to die.

They say it takes three books to make a Presbyterian:
the Bible, the Book of Confessions, and the Book of Order,
and a whole lot of motions and amendments,
decently and in order, seconded and ratified.

Well, that may be so;
due process has its place.
But it takes a lot of chaos and much courage
to roll away the stones
that allow new life to burst forth
and birth a resurrected people.

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“Sobre piedras de tropiezo y cantos rodados”

Una reflexión nacida de la tristeza de ver que una dotada colega (con una presencia compasiva, una palabra afirmadora y un celo evangelístico que nuestra denominación necesita urgentemente) abandone el camino de la ordenación ministerial tras mucha frustración con este arduo y a menudo inflexible proceso.

Dios brilla traspasando nuestra oscuridad
y nos ponemos los espejuelos de la tradición;
el Señor Jesús toca a nuestra puerta
y aplicamos el candado de la forma de gobierno;
el Espíritu Santo sopla por nuestras ventanas
y bajamos las persianas de la ortodoxia.

Y luego nos preguntamos porqué la membresía continúa encogiéndose,
y porqué la ofrenda per cápita continúa declinando,
y porqué la denominación continúa muriendo.

Dicen que hacen falta tres libros para formar un presbiteriano:
la Biblia, el Libro de Confesiones y el Libro de Orden,
y muchísimas mociones y enmiendas,
decentemente y en orden, secundadas y ratificadas.

Bueno, quizás sea cierto;
hay ocasiones para el debido procedimiento legal.
Pero hace falta mucho caos y harto coraje
para hacer rodar las piedras
que permiten que la nueva vida emerja
y de a luz un pueblo resucitado.

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