Tuesday, January 21, 2025

“The sun came up” / “El sol salió”

A reflection for the day after the presidential inauguration based on Isaiah 58 / Una reflexión para el día después de la inauguración presidencial basada en Isaías 58

The morning sun as seen from my dining room / El sol matutino visto desde mi comedor

“Is not this the fast that I choose: to loose the bonds of injustice, to undo the straps of the yoke, to let the oppressed go free, and to break every yoke? Is it not to share your bread with the hungry and bring the homeless poor into your house; when you see the naked, to cover them and not to hide yourself from your own kin? Then your light shall break forth like the dawn…”
– Isaiah 58:6-8a


The sun came up.
After a long night
of threatening nightmares,
the sun came up,
once again,
just like it does every day.

The sun came up.
And after a long night
of dehumanizing setbacks,
we too shall rise,
once again,
just like we did in the past.

The sun came up.
Its rays filled the room
with golden hues
and reminded me
that we are called
to be children of light,
who overcome
evil with good,
lies with truth,
cruelty with mercy,
rejection with acceptance,
apathy with care,
persecution with protection,
greed with generosity,
hatred with love.

The sun came up.
Night did not prevail.
Take heart.
We too shall rise.

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¿No consiste, más bien, el ayuno que yo escogí, en desatar las ligaduras de impiedad, en soltar las ataduras del yugo, en dejar libres a los quebrantados y en romper todo yugo? ¿No consiste en compartir tu pan con el hambriento y en llevar a tu casa a los pobres sin hogar? ¿No consiste en cubrir a tu prójimo cuando lo veas desnudo, y en no esconderte de quien es tu propia carne? Entonces despuntará tu luz como el alba…”
– Isaías 58:6-8a


El sol salió.
Después de una larga noche
de pesadillas aterradoras,
el sol se levantó,
una vez más,
tal y como lo hace cada día.

El sol salió.
Después de una larga noche
de reveses deshumanizantes,
nosotres también nos levantaremos
una vez más,
tal y como lo hicimos en el pasado.

El sol salió.
Sus rayos llenaron la habitación
con tonos dorados
y me recordaron
que somos llamades
a ser hijes de luz
que vencen
el mal con el bien,
las mentiras con la verdad,
la crueldad con la misericordia,
el rechazo con la aceptación,
la apatía con el cuidado,
la persecución con la protección,
la avaricia con la generosidad,
el odio con el amor.

El sol salió.
La noche no prevaleció.
Anímate.
Nosotres también nos levantaremos.

© Magdalena I. García
Permission granted for liturgical use with author credit / Se concede permiso para uso litúrgico con crédito a la autora



Thursday, January 9, 2025

“Silence! Be still!” / “¡Silencio! ¡Cálmense!”

A prayer in response to the Los Angeles fires based on Mark 4:35-41 / Una oración en respuesta a los incendios de Los Ángeles basada en Marcos 4:35-41


View of the Pacific Ocean from the cliffs outside Santa Monica, California / Vista del océano Pacífico desde los acantilados a las afueras de Santa Mónica, California

First-Responder Jesus,
you who stopped the winds and calmed the waves
on the Lake of Galilee,
rebuke the winds of Santa Ana
that threaten the life of Angelenos,
and appease our fears.
We want to hear you say once again:
“Silence! Be still!”

Drowsy Jesus,
you who rested at the back of the boat
as high waves filled it with water,
rebuke the naivety of residents
who refuse to evacuate on time,
and appease our fears.
We want to hear you say once again:
“Silence! Be still!”


Empowered Jesus,
you who confronted destructive forces
and stopped them to protect life,
rebuke the unscrupulous politicians
who add wood to the fire with ill-intended criticism,
and appease our fears.
We want to hear you say once again:
“Silence! Be still!”


Enlightened Jesus,
you who talked about the signs of the times
and taught us to learn from the fig tree,
rebuke the deniers of climate change
that is causing the destruction of our planet,
and appease our fears.
We want to hear you say once again:
“Silence! Be still!”


Companion Jesus,
you who are at our side
when the winds blow,
the waves flood
and the flames raze,
appease our fears,
hear our cries,
calm our anxiety,
silence our criticism,
and awaken our conscience.
Grant that despite all adversity
we might be able to trust in your mercy
and to join hands with those working
for the well-being of all people
and the healing of the earth.

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Jesús Socorrista,
tú que detuviste el viento y calmaste las olas
en el mar de Galilea,
reprende los vientos de Santa Ana
que amenazan la vida de los angelinos,
y apacigua nuestros temores.
Queremos oírte decir nuevamente:
“¡Silencio! ¡Cálmense!”

Jesús Somnoliento,
tú que descansabas en la parte posterior de la barca
mientras que olas violentas la inundaban,
reprende la ingenuidad de los habitantes
que rehúsan evacuar a tiempo,
y apacigua nuestros temores.
Queremos oírte decir nuevamente:
“¡Silencio! ¡Cálmense!”


Jesús Empoderado,
tú que enfrentaste las fuerzas destructivas
y las detuviste para proteger la vida,
reprende a los políticos inescrupulosos
que añaden leña al fuego con críticas malintencionadas,
y apacigua nuestros temores.
Queremos oírte decir nuevamente:
“¡Silencio! ¡Cálmense!”


Jesús Iluminado,
tú que nos hablaste de las señales de los tiempos
y nos enseñaste a aprender de la higuera,
reprende a los negacionistas del cambio climático
que está causando la destrucción del planeta,
y apacigua nuestros temores.
Queremos oírte decir nuevamente:
“¡Silencio! ¡Cálmense!”


Jesús Compañero,
tú que estás a nuestro lado
cuando los vientos soplan,
las olas inundan y las llamas arrasan,
oye nuestro clamor,
apacigua nuestros temores,
calma nuestra ansiedad,
silencia nuestras críticas
y despierta nuestra conciencia.

Concede que a pesar de la adversidad
podamos confiar en tu bondad
y unir nuestras manos a las de quienes trabajan
por el bienestar de todos los pueblos
y la sanidad de la tierra.


© Magdalena I. García
Permission granted for liturgical use with author credit / Se concede permiso para uso litúrgico con crédito a la autora


Monday, January 6, 2025

“Llegamos primero”

Décimas para rellenar los huecos que deja la narrativa de Mateo 2:1-12


Mujeres lavando ropa. Imagen de Pixabay

Amanece el seis de enero
y me levanté pensando
si hubo hembras cabalgando,
guiadas por el lucero.
Creo que llegamos primero
y lavamos los pañales,
sacamos los animales
del establo maloliente,
realizando sabiamente
las tareas esenciales.

Mientras tanto los varones
se fueron a Jerusalén
y llegaron tarde a Belén
con muchas explicaciones.
Escuchamos sus razones,
pero jamás admitieron
que perdidos estuvieron,
y para colmo de males
no estamos en los anales:
hombres la historia escribieron.

© Magdalena I. García

Saturday, January 4, 2025

“We are Herod” / “Somos Herodes”

A reflection based on Matthew 2:1-12 / Una reflexión basada en Mateo 2:1-12


Gold crown and pendants from Seobongchong Tomb (South Korea) at the Art Institute of Chicago / Corona de oro y colgantes de la tumba Seobongchong (Corea del Sur) en el Instituto de Arte de Chicago

When we support war
instead of peace,
we are Herod.
When we drop bombs
instead of bread,
we are Herod.

When we impose sanctions
instead of seeking solutions,
we are Herod.
When we isolate the opposition
instead of pursuing collaboration,
we are Herod.

When we force families to flee
instead of guaranteeing their safety,
we are Herod.
When we kill innocent children
instead of protecting their integrity,
we are Herod.

When we turn a blind eye
instead of assuming responsibility,
we are Herod.
When we choose personal comfort
instead of prioritizing common survivability,
we are Herod.


Every time we collaborate
with the forces that threaten
the dignity of life,
be it through our actions
or with our complicit silence,
we are Herod,
even if in our wishful thinking
we still believe that we are
the Magi from the East.

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Cuando apoyamos la guerra
en vez de la paz,
somos Herodes.
Cuando arrojamos bombas
en vez de pan,
somos Herodes.

Cuando imponemos sanciones
en vez de buscar soluciones,
somos Herodes.
Cuando aislamos a la oposición
en vez de procurar la colaboración,
somos Herodes.

Cuando provocamos la huida de familias
en vez de garantizar su seguridad,
somos Herodes.
Cuando matamos a niños inocentes
en vez de proteger su integridad,
somos Herodes.

Cuando nos hacemos de la vista gorda
en vez de asumir responsabilidad,
somos Herodes.
Cuando elegimos nuestro confort
en vez de priorizar el bien de la sociedad,
somos Herodes.

Cada vez que colaboramos
con las fuerzas que amenazan
la dignidad de la vida,
sea a través de nuestras acciones
o con nuestro silencio cómplice,
somos Herodes,
incluso si en nuestra vana ilusión
todavía creemos ser
los Magos de Oriente.

© Magdalena I. García
Permission granted for liturgical use with author credit. / Se concede permiso para uso litúrgico con crédito a la autora.


Wednesday, January 1, 2025

“El gris de mi ventana”

Una reflexión por el Año Nuevo


Vista matutina desde el ventanal de la sala de mi casa

El gris de mi ventana no da tregua,
e incluso cae una nieve ligera;
hace días que contemplo el mismo panorama,
pero dicen los noticieros que es Año Nuevo.

Miro hacia afuera y me pregunto:
¿qué hay de nuevo en esta mañana?
Hay pequeños copos de nieve que revolotean.
Hay ardillas que corretean en busca del sustento.
Hay pájaros que cantan a pesar del frío.
Hay vecinos que pasean con sus perros.

Entonces reflexiono y caigo en la cuenta
de que hay vida a pesar del gris invernal perenne
y con eso basta, es más que suficiente,
porque las diez personas que murieron esta madrugada
atropelladas en Nueva Orleans por un supuesto terrorista
darían cualquier cosa por poder
revolotear como los copos de nieve,
corretear como las ardillas,
cantar como los pájaros
y pasear como mis vecinos.

Entonces reacciono y caigo en la cuenta
de que hay mucho colorido en mi ventana,
porque he podido reconocer
con asombro y gratitud
como se renueva cada mañana
el milagro de la vida:
el gris de mi mirada ha dado tregua.

© Magdalena I. García