Published on 1/23/2018 by Presbyterians Today magazine blog: One Church, Many Voices
Revised for this blog
by Magdalena I. García
A sign at the Women’s March 2018, in Chicago, reminds us that being silent in
the face of evil is not an option. / Un cartel en la Marcha de las Mujeres del
2018, en Chicago, nos recuerda que guardar silencio ante el mal no es una
opción.
They were all amazed, and they kept on asking one another, ‘What is this? A new teaching — with authority! He commands even the unclean spirits, and they obey him.’ – Mark 1:27
Read the full lectionary passage here
There was, seated in the synagogue,
an unclean spirit,
a force, an ideology, a discourse
that embodied and promoted
separation rather than integration,
oppression rather than liberation,
darkness rather than light,
death rather than life,
and thus it felt threatened and displaced
by Jesus’ presence and teaching.
There is at times, deep-seated in the church,
an unclean spirit,
a force, an ideology, a discourse
that embodies and promotes
separation rather than integration,
oppression rather than liberation,
darkness rather than light,
death rather than life,
and thus it feels threatened and displaced
by Jesus’ presence and teaching.
Whenever the faithful gather
to worship and to pray,
or whenever believers go out
to witness and to serve,
we must be on guard, stay awake,
because the church is called to be
a people and a movement
where corrupt powers and spirits
that diminish life and human worth
are unmasked and resisted
in Jesus’ name, in God’s name,
without being intimidated or paralyzed
by the jerking and the crying
typical of crumbling systems
that are uselessly trying to delay
the dawning of a new day.
%%%
Un recurso para la liturgia dominical del 28 de enero
Publicado el 1/23/2018 por el blog de la revista Presbyterians Today: One Church, Many Voices
Revisado para este blog
por Magdalena I. García
Lea el pasaje completo aquí
Había, sentado en la sinagoga,
un espíritu impuro,
una fuerza, una ideología, un discurso
que encarnaba y promovía
la separación en vez de la integración,
la opresión en vez de la liberación,
la oscuridad en vez de la luz,
la muerte en vez de la vida,
y por tanto se sintió amenazado y desplazado
por la presencia y las enseñanzas de Jesús.
Hay a veces, arraigado en la iglesia,
un espíritu impuro,
una fuerza, una ideología, un discurso
que encarna y promueve
la separación en vez de la integración,
la opresión en vez de la liberación,
la oscuridad en vez de la luz,
la muerte en vez de la vida,
y por tanto se siente amenazado y desplazado
por la presencia y las enseñanzas de Jesús.
Siempre que los fieles se reúnen
para adorar y orar,
o siempre que los creyentes salen
para servir y testificar,
debemos estar en guardia, estar alertas,
porque la iglesia está llamada a ser
un pueblo y un movimiento
donde los poderes y espíritus corruptos
que disminuyen la vida y el valor humano
son desenmascarados y resistidos
en nombre de Jesús, en nombre de Dios,
sin dejarnos intimidar o paralizar
por los sacudones y la gritería
típicos de los sistemas derruidos
que inútilmente intentan posponer
la llegada de un nuevo amanecer.
© Magdalena I. García
in Jesus’ name, in God’s name,
without being intimidated or paralyzed
by the jerking and the crying
typical of crumbling systems
that are uselessly trying to delay
the dawning of a new day.
%%%
“Llamados, llamadas, llamades a la resistencia”
Un recurso para la liturgia dominical del 28 de enero
Publicado el 1/23/2018 por el blog de la revista Presbyterians Today: One Church, Many Voices
Revisado para este blog
por Magdalena I. García
Todos quedaron muy asombrados, y se preguntaban unos a otros: ‘¿Y esto qué es? ¿Acaso es una nueva enseñanza? ¡Con toda autoridad manda incluso a los espíritus impuros, y éstos lo obedecen!’ – Marcos 1:27
Lea el pasaje completo aquí
Había, sentado en la sinagoga,
un espíritu impuro,
una fuerza, una ideología, un discurso
que encarnaba y promovía
la separación en vez de la integración,
la opresión en vez de la liberación,
la oscuridad en vez de la luz,
la muerte en vez de la vida,
y por tanto se sintió amenazado y desplazado
por la presencia y las enseñanzas de Jesús.
Hay a veces, arraigado en la iglesia,
un espíritu impuro,
una fuerza, una ideología, un discurso
que encarna y promueve
la separación en vez de la integración,
la opresión en vez de la liberación,
la oscuridad en vez de la luz,
la muerte en vez de la vida,
y por tanto se siente amenazado y desplazado
por la presencia y las enseñanzas de Jesús.
Siempre que los fieles se reúnen
para adorar y orar,
o siempre que los creyentes salen
para servir y testificar,
debemos estar en guardia, estar alertas,
porque la iglesia está llamada a ser
un pueblo y un movimiento
donde los poderes y espíritus corruptos
que disminuyen la vida y el valor humano
son desenmascarados y resistidos
en nombre de Jesús, en nombre de Dios,
sin dejarnos intimidar o paralizar
por los sacudones y la gritería
típicos de los sistemas derruidos
que inútilmente intentan posponer
la llegada de un nuevo amanecer.
© Magdalena I. García