A resource for Sunday’s liturgy based on Luke
23:33-43
First published on 11/18/16 by Presbyterians
Today magazine blog: One Church, Many Voices
Detail of a weaving titled “Loving God Well,” by Karla M. Kincannon, which
hangs in the lobby of Garrett-Evangelical
Theological Seminary, in Evanston, Illinois. Detalle de un tejido titulado
“Amar bien a Dios”, por Karla M. Kincannon, que cuelga en el vestíbulo del
Seminario Teológico Evangélico Garrett, en Evanston, Illinois.
by Magdalena I. García
Children are hungry
because wages are low or stagnant
while the cost of living continues to
rise
and the poor struggle to put food on the table.
But those of us who are satisfied
stand around watching,
judging the victims and blaming God
while twiddling our thumbs.
God of the hungry,
free us from the prison of abundance,
and give us courage to work for the release
of those who are crucified by excesses.
Men and women are unemployed
because workers are displaced
by plant closures, new technologies,
and trade agreements that produce imbalances.
But those of us who are employed
stand around watching,
judging the victims and blaming God
while twiddling our thumbs.
God of the unemployed,
free us from the prison of safety,
and give us courage to work for the release
of those who are crucified by progress.
Migrants cross borders
because local economies have been destroyed
by big retailers, subsidized farming and mounting debt,
and small farmers are pushed off the land.
But those of us who are dwellers
stand around watching,
judging the victims and blaming God
while twiddling our thumbs.
God of the migrants,
free us from the prison of ignorance,
and give us courage to work for the release
of those who are crucified by greed.
Families are separated
because immigration laws are unjust
and those hired to work in the shadows
are criminalized, detained and deported.
But those of us who are safe
stand around watching,
judging the victims and blaming God
while twiddling our thumbs.
God of the separated,
free us from the prison of cruelty,
and give us courage to work for the release
of those who are crucified by apathy.
People are afraid
because evil triumphed at the ballot box,
and hate speech and attacks are now rampant,
emboldened by xenophobia, sexism, and homophobia.
But those of us who are privileged
stand around watching,
judging the victims and blaming God
while twiddling our thumbs.
God of the frightened,
free us from the prison of bigotry,
and give us courage to work for the release
of those who are crucified by complicity.
MAY OUR LIVES PROCLAIM that the God of the Living rules.
MAY THE SPIRIT OF TRUTH CONVERT all the rich fools.
MAY THE CHRIST OF THE CROSS in our daily walk be reflected.
MAY WE SHARE PARADISE with the forgotten and the neglected.
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“De brazos cruzados”
Un recurso para la liturgia dominical basado en Lucas 23:33-43
Publicado originalmente el 11/18/16 por el blog de la revista Presbyterians
Today: One Church, Many Voices
por Magdalena I. García
La niñez tiene hambre
porque los salarios están bajos o estancados
mientras que el costo de la vida sigue subiendo
y la gente pobre lucha por llevar comida a la mesa.
Pero quienes estamos satisfechos
seguimos parados mirando,
juzgando a las víctimas y culpando a Dios,
mientras nos quedamos de brazos cruzados.
Dios de los hambrientos,
líbranos de la prisión de la abundancia,
y danos valor para luchar por la
liberación
de quienes están crucificados por los excesos.
Hombres y mujeres están desempleados
porque los obreros son desplazados
por los cierres de plantas, las nuevas tecnologías,
y los tratados comerciales que producen desbalances.
Pero quienes estamos empleados
seguimos parados mirando,
juzgando a las víctimas y culpando a Dios,
mientras nos quedamos de brazos cruzados.
Dios de los desempleados,
líbranos de la prisión de la seguridad,
y danos valor para luchar por la liberación
de quienes están crucificados por el progreso.
Migrantes cruzan fronteras
porque las economías locales han sido destruidas
por las grandes minoristas, la agricultura subvencionada y la creciente deuda,
y los pequeños agricultores son desplazados de sus tierras.
Pero quienes somos moradores
seguimos parados mirando,
juzgando a las víctimas y culpando a Dios,
mientras nos quedamos de brazos cruzados.
Dios de los migrantes,
líbranos de la prisión de la ignorancia,
y danos valor para luchar por la liberación
de quienes están crucificados por la avaricia.
Familias son separadas
porque las leyes de inmigración son injustas
y los contratados para trabajar en las sombras
son criminalizados, detenidos y deportados.
Pero quienes estamos seguros
seguimos parados mirando,
juzgando a las víctimas y culpando a Dios,
mientras nos quedamos de brazos cruzados.
Dios de los separados,
líbranos de la prisión de la crueldad,
y danos valor para luchar por la liberación
de quienes están crucificados por la apatía.
La gente está atemorizada
porque el mal triunfó en las urnas electorales,
y el discurso y los ataques de odio están rampantes
envalentonados por la xenofobia, el sexismo y la homofobia.
Pero quienes estamos privilegiados
seguimos parados mirando,
juzgando a las víctimas y culpando a Dios,
mientras nos quedamos de brazos cruzados.
Dios de los aterrados,
líbranos de la prisión del intolerancia,
y danos valor para luchar por la liberación
de quienes están crucificados por la complicidad.
QUE NUESTRAS VIDAS PROCLAMEN que el Dios de Amor reina.
QUE EL ESPÍRITU DE VERDAD de la insensatez nos convierta.
QUE EL CRISTO DE LA CRUZ se vea en nuestra vida reflejado.
QUE COMPARTAMOS EL PARAÍSO con los desatendidos y olvidados.
© Magdalena I. García