Boulder at Prousel Park, in Lincolwood, a suburb of Chicago: a reminder of obstacles on our course and the stone rolled in front of the tomb. mig / Roca del parque Prousel, en Lincolnwood, un suburbio de Chicago: un recordatorio de los obstáculos en la carrera y la piedra que colocaron frente a la tumba. mig
By Magdalena I. García
Sometimes you run...
propelled by an ideal
without looking back;
pursuing a dream
without looking down;
driven by a task
without looking up;
caught up in the doing
without looking around.
Sometimes you run and run,
conquering steep peaks,
emerging from deep valleys,
all the while feeling the wind on your back.
But other times you run and crash,
coming up against insurmountable walls,
pulled down by unstoppable forces,
all of the sudden feeling the weight on your back.
Thank you, God, for the energy to run,
and to keep things in motion
giving US a sense of purpose and security.
And thank you, God, for the ability to crash
and to see things fall apart
giving YOU a sense of opening and opportunity.
God of our running and of our crashing,
remind us that all of our times are in your hands.
God of our agile step and of our sore muscle,
remind us that all of our moments are in your hands.
God of our achievements and of our setbacks,
remind us that all of our life is in your hands.
*** Inspired by the book Is There Really a Human Race?, by Jamie Lee Curtis (Author) and Laura Cornell (Illustrator). Written after a church meeting where members acknowledged the weight of a financial and resource “crash,” and the need for the church to stop “spinning its wheels.”
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“A Veces Corres”
Una reflexión apropiada para Semana SantaPor Magdalena I. García
A veces corres...
propulsada por un ideal
sin mirar hacia atrás;
persiguiendo un sueño
sin mirar hacia abajo;
impulsada por una tarea
sin mirar hacia arriba;
atrapada por el quehacer
sin mirar alrededor.
A veces corres y corres,
conquistando picos altos,
emergiendo de valles profundos,
sintiendo todo el tiempo el viento a tu espalda.
Pero otras veces corres y te estrellas,
chocando contra muros insuperables,
tumbada por fuerzas imparables,
sintiendo de repente el peso sobre tu espalda.
Gracias, Dios, por la energía para correr,
y para mantener las cosas en movimiento
DÁNDONOS un sentido de propósito y seguridad.
Y gracias, Dios, por la habilidad de estrellarnos
y de ver las cosas derrumbarse
DÁNDOTE un sentido de apertura y oportunidad.
Dios de nuestras carreras y de nuestros choques,
recuérdanos que todos nuestros tiempos están en tus manos.
Dios de nuestro paso ágil y nuestro músculo dolorido,
recuérdanos que todos nuestros momentos están en tus manos.
Dios de nuestros logros y nuestros tropiezos,
recuérdanos que toda nuestra vida está en tus manos.
*** Inspirada por el libro Is There Really a Human Race?, de Jamie Lee Curtis (autora) y Laura Cornell (ilustradora). Escrita tras una reunión de la iglesia en la que los miembros reconocieron el peso de un “choque” financiero y de recursos, y la necesidad de que la iglesia deje de “dar vueltas sin avanzar”.
© Magdalena I. García
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