Wednesday, August 26, 2015

“Orphans and widows” / “Huérfanos y viudas”

A reflection and confession based on James1:22-27
An orphanage in Quito lies in ruins due to financial crisis. The welcome sign over the main door featured the institution’s slogan: “Love is giving a future.” mig / Un orfanato en Quito yace en ruinas debido a la crisis financiera. El cartel de bienvenida sobre la puerta principal muestra el lema de la institución: “Amar es dar futuro”. mig

by Magdalena I. García

Do you know what they teach
at typesetter school?
“An orphan has no past,
a widow has no future.”
Writing that is perfect and flawless
cures orphans and widows
by adjusting space and adding details.

Do you know what they teach
at discipleship school?
“An orphan should not be abandoned,
a widow must not go on alone.”
Religion that is pure and undefiled
cares for orphans and widows
by lending a hand and offering hope.

Fulfilling the Great Commandment
demands that we renounce all prejudice
and take up the cause of the disempowered:
those who are vulnerable
to impoverishment and injustice.
Focusing on the Great Commission
is not a license to perpetrate violence
and to execute the agenda of the empowered:
those who are driven
by conquest and dominion.

So regardless of our motivation,
whether the Great Commandment or the Great Commission,
our common calling remains the same,
and orphans and widows
are at the top of the list
of those we are to love and serve.

Forgive us, Adopting God,
for reducing religion
to ritual practices and escapist spiritualism
at the service of some and the expense of others.

Teach us, Protecting God,
to live out true faith
by embodying your love and being doers of the Word
for the sake of all humanity.

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“Huérfanos y viudas” 

Una reflexión y confesión basada en Santiago1:22-27 

Publicada originalmente el 8/26/15 por el blog de la revista Presbyterians Today: Reimagining the church 

por Magdalena I. García

¿Sabes lo que enseñan
en la escuela de tipografía?
“Un huérfano no tiene pasado,
una viuda no tiene futuro”.
La escritura que es perfecta y impecable
remedia los huérfanos y las viudas
ajustando el espacio y añadiendo detalles.

¿Sabes lo que enseñan
en la escuela del discipulado?
“Un huérfano no debe ser abandonado,
una viuda no debe continuar a solas”.
La religión que es pura y sin mancha
cuida de los huérfanos y las viudas
tendiendo la mano y ofreciendo esperanza.

Cumplir el Gran Mandamiento
demanda que renunciemos a todo prejuicio
y que asumamos la causa de los desapoderados:
aquellos que son vulnerables
al empobrecimiento y la injusticia.
Enfocarnos en la Gran Comisión
nos es una licencia para perpetrar violencia
y ejecutar la agenda de los apoderados:
aquellos que van impulsados
por la conquista y el dominio.

Así que no obstante nuestra motivación,
ya sea el Gran Mandamiento o la Gran Comisión,
nuestro llamamiento común sigue siendo el mismo,
y los huérfanos y las viudas
están a la cabeza de la lista
de quienes debemos amar y servir.

Perdónanos, Dios Adoptador,
por reducir la religión
a prácticas rituales y espiritualismo escapista
al servicio de unos y a expensas de otros.

Enséñanos, Dios Protector,
a vivir la verdadera fe
encarnando tu amor y siendo hacedores de tu Palabra
en aras de toda la humanidad.

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Wednesday, August 19, 2015

“God’s weapons” / “Las armas de Dios”

A reflection and confession based on Ephesians 6:10–20



Art installation at Miami’s International Airport that reminds us of God’s weapons. / Instalación artística en el Aeropuerto Internacional de Miami que nos recuerda las armas de Dios

by Magdalena I. García

Some believers claim
that to honor the great commission
it suffices to have faith,
to obey the Word,
and to proclaim salvation.

Other faithful argue
that to bear a good witness
one must expose the truth,
advocate for justice,
and cultivate peace.

And in every Christian family
we find this false division
between ardent evangelizers
and passionate activists,
as if we could run around
half naked or half dressed,
a dichotomy that often results in
absurd disagreements and painful schisms.

But Ephesians reminds us
that in order to withstand evil’s assault
we must abandon the ways of discord
and take up God’s weapons
of reconciliation, unity, and love.

Forgive us, Reconciling God,
for causing divisions in your body,
with arrogance and rivalry.

Teach us, Harmonizing God,
to work for the unity of your body,
with determination and humility.

Enable us, Loving God,
to strengthen the witness of your body,
with understanding and kindness.

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“Las armas de Dios”

Una reflexión y confesión basada en Efesios 6:10–20

Publicada originalmente el 8/18/15 por el blogde la revista PresbyteriansToday:Reimagining the church

por Magdalena I. García

Hay creyentes que afirman
que para honrar la gran comisión
basta con tener fe,
obedecer la Palabra
y proclamar la salvación.

Otros fieles argumentan
que para dar un buen testimonio
hay que exponer la verdad,
abogar por la justicia
y cultivar la paz.

Y en toda familia cristiana
hallamos esta falsa división
entre fervientes evangelizadores
y apasionados activistas,
como si pudiésemos andar
medio desnudos o medio vestidos,
una dicotomía de la cual a menudo resultan
absurdos desacuerdos y dolorosos cismas.

Pero Efesios nos recuerda
que para resistir los embates del mal
debemos abandonar la vía de la discordia
y tomar las armas de Dios,
que son la reconciliación, la unidad y el amor.

Perdónanos, Dios Reconciliador,
por causar la división de tu cuerpo
con arrogancia y rivalidad.

Enséñanos, Dios Armonizador,
a trabajar por la unidad de tu cuerpo
con determinación y humildad.

Permítenos, Dios Amoroso,
fortalecer el testimonio de tu cuerpo,
con entendimiento y amabilidad.

© Magdalena I. García